Antes de la Hipertensión, veamos qué es la presión arterial
La presión arterial es la fuerza que la sangre ejerce sobre la superficie de las paredes de las arterias como consecuencia del impulso producido por la contracción del corazón. Este impulso o latido permite que la sangre llegue a todos los órganos del cuerpo humano a través de las arterias. La presión máxima es la que se alcanza en cada contracción del corazón y la mínima la que existe en el momento de relajación.
¿Qué es la Hipertensión?
Es la elevación de los niveles de presión arterial de forma continua o sostenida. Para que haya hipertensión pueden estar elevadas la presión arterial sistólica (máxima) y la presión arterial diastólica (mínima) o sólo una de las dos. Y entonces ¿cuáles son los valores límite para cada una de ellas?
- La presión arterial máxima o sistólica (PAS) debe ser inferior a 140 mmHg
- La presión arterial mínima o diastólica (PAD) debe ser inferior a 90 mmHg
Los niveles normales de presión arterial para la máxima estarían entre 110 y 129 mmHg. Para la mínima estarían entre 70 y 84 mmHg. De todas formas, estos valores normales pueden variar para cada persona y pueden considerarse adecuados siempre y cuando no produzcan ningún síntoma o molestia.
Hay unos valores limítrofes, que son 130-139 mmHg para la máxima y 85-89 mmHg para la mínima, que requieren una especial vigilancia. En los diabéticos, cardiópatas (hipertrofia ventricular) y enfermos renales, estos límites se rebajan a 130/80 mmHg.
Presión descompensada
Se habla mucho de si la presión está compensada o descompensada y realmente en clínica no tiene sentido alguno este concepto. Lo importante es saber si una de las dos, presión máxima o presión mínima, están elevadas por encima de los límites. Y por supuesto, si están elevadas las dos, tanto peor.
La Hipertensión es un factor de riesgo cardiovascular
En la hipertensión el corazón trabaja más forzado para impulsar la sangre, debido al incremento de resistencia que presentan las arterias al paso de la misma. A base de trabajar forzado durante mucho tiempo, el corazón aumenta su masa y se hipertrofia. A la larga, esto resulta un esfuerzo inútil, ya que esta hipertrofia del ventriculo izquierdo, no proporciona un incremento de fuerza capaz de impulsar la sangre con eficacia. Finalmente pueden aparecer otros problemas más graves como la insuficiencia coronaria, la angina de pecho (cardiopatía isquémica), las arritmias, y finalmente la insuficiencia cardíaca congestiva, que suele ser el estadío final de la mayoría de enfermedades cardíacas.
Otra de las consecuencias negativas de la hipertensión es que facilita los acúmulos de colesterol en la pared interna de las arterias, fenómeno que se conoce como arterioesclerosis. Ello puede dar lugar a la aparición de trombos o coágulos capaces de producir un infarto de miocardio o un infarto cerebral. En un caso extremo puede ocasionar un adelgazamiento y pérdida de tensión de la pared de la arteria aorta, con la consiguiente dilatación o aneurisma, cuya rotura tiene un desenlace fatal.
En general, en personas que ya padecen o han padecido un problema cardiovascular, la hipertensión agrava siempre los daños.
Otros órganos afectados negativamente por la Hipertensión
Al estar sometidas constantemente a un exceso de presión, y también por efecto de la arterioesclerosis, las arterias se vuelven rígidas y estrechas. Como consecuencia de ello el riego sanguíneo en los órganos de todo el cuerpo disminuye, ocasionando falta de oxígeno y de nutrientes. Los órganos más sensibles a este déficit son el cerebro, el riñón y la retina.
- En el cerebro pueden producirse infartos cerebrales (accidente vascular cerebral isquémico) por falta de riego sanguíneo o hemorragias cerebrales (accidente vascular cerebral hemorrágico) por rotura de una arteria.
- En el riñón, la falta de riego puede ocasionar una insuficiencia renal que puede llevar al paciente a diálisis. Además la insuficiencia renal hace aumentar todavía más la presión arterial.
- En la retina se producen alteraciones de la visión. En las piernas puede producir dolor al caminar y en los hombres puede causar impotencia.
Diagnóstico de la Hipertensión
Ya hemos visto que consideramos que hay hipertensión arterial cuando se elevan las cifras de PAS >140 y/o PAD >90 mmHg. Sin embargo para poder confirmar que realmente un paciente es hipertenso se necesitan medir valores de presión altos en tres visitas semanales consecutivas. En cada visita se realizarán dos medidas de presión arterial y se calculará la media.
Se derivará al médico cuando las cifras de PA medias sean elevadas en cada una de las tres visitas.
Cuando hay dudas pueden ser necesarias otras pruebas como el AMPA (diversas medidas de presión arterial realizadas por el mismo paciente) o MAPA con un holter de presión arterial (dispositivo automático que va midiendo la presión arterial del paciente en diversos momentos del día). Es imprescindible completar el estudio con un análisis de laboratorio (de sangre y orina) y un electrocardiograma. Hay que tener en cuenta que la hipertensión arterial no produce síntomas y puede pasar inadvertida, que es más frecuente a partir de los 40 años y que en determinadas familias hay una predisposición hereditaria a padecerla.
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