Ambas enfermedades están causadas por virus y los síntomas indicativos de ambas se parecen: fiebre, escalofríos, dolor de cabeza, dolores musculares. La gripe verdadera o gripe estacional está causada por un virus denominado Influenza. Los resfriados, en cambio, suelen estar causados por otros tipos de virus (rinovirus, adenovirus...) que provocan un estado gripal generalmente más benigno que el de la gripe. Estos estados gripales no hay que confundirlos con la gripe propiamente dicha. Aunque su cuadro clínico se asemeja con frecuencia al de la gripe estacional, la intensidad de los síntomas suele ser menor.
¡ATENCIÓN VIRUS!
Numerosos virus circulan desde el otoño hasta el final del invierno. El virus de la gripe estacional circula por término medio durante 9 semanas. Con frecuencia, es más virulento en diciembre o enero. Los estados gripales están causados por diversos virus, principalmente, los virus paragripales, el VRS (virus respiratorio sincitial), adenovirus, rinovirus… Todos ellos circulan desde el otoño hasta el final del invierno. Nos enfrentamos a estos virus antes, durante y después de la gripe estacional, es decir, durante todo el invierno.
Consecuencias sobre nuestra vida cotidiana
A diferencia de las demás infecciones invernales, la gripe se caracteriza por una fiebre alta que obliga a guardar cama. Y obliga además a adoptar ciertas medidas: no se puede ir al trabajo, hay que dejar a los niños con otra persona….
Sin ser tan invalidantes como la gripe, los estados gripales también repercuten en nuestra vida cotidiana: cansancio, absentismo escolar e incluso problemas para cumplir los compromisos profesionales… ¿Quién no ha tenido que afrontarlo alguna vez? Cada persona sufre, aunque a veces puede que sin enterarse, entre uno y dos episodios de infección por este tipo de virus cada año.
¡ATENCIÓN AL CONTAGIO!
Los virus gripales con muy contagiosos. Esta multitud de virus a los que nos enfrentamos durante todo el invierno se transmiten muy fácilmente de persona a persona.
La transmisión tiene lugar de diferentes maneras:
- por las secreciones expulsadas por las personas infectadas cuando tosen o estornudan. Estas proyecciones pueden alcanzar hasta dos metros… ¡Un perímetro de seguridad difícil de respetar en nuestra vida cotidiana!
- también de manera indirecta: manos, pomos de puertas, auriculares telefónicos, prendas de ropa, juguetes de las cunas…
¡Huelga decir que los sitios públicos (trenes, autobuses, bares, cines, colegios, guarderías, fábricas, despachos...) son muy proclives a la contaminación!
¿Para qué sirve la fiebre en los procesos gripales?
El proceso gripal se debe a un ataque vírico. En respuesta a esta agresión, nuestro organismo despliega un plan defensivo.
El sistema inmunitario, que detecta a estos virus como agresores, libera anticuerpos para combatirlos. La fiebre es, por tanto, la expresión de la activación del conjunto de mecanismos de defensa de nuestro organismo.
La fiebre no es inútil ni perjudicial. Por el contrario, es el signo del buen funcionamiento del organismo, que se pone en movimiento para combatir una agresión. Conviene respetarla y acompañarla con tratamientos adaptados a los signos descritos por los pacientes.
Si no se confirma una mejoría en 48 horas o si la fiebre persiste, particularmente, en niños, se impone la consulta al médico.