El alcohol es una sustancia que por su gran capacidad de penetración en el sistema nervioso central de nuestro organismo es capaz de provocar en el individuo cambios, tanto psíquicos como físicos. Estos cambios dependerán de la manera como la persona ingiera este alcohol.
Edvard Munch "El día después"
INTOXICACIÓN AGUDA POR ALCOHOL (Borrachera)
Se diferencian cuatro niveles de intoxicación aguda por alcohol:
- Alcoholemia de 0,3 a 0,6 g/L de sangre. El individuo se muestra alegre, locuaz, desinhibido, abierto, sociable, excitado y con un nivel de concentración disminuido. La tasa máxima de alcohol permitida en España para conducir es de 0,5 g/L de alcohol en sangre, cantidad que, en función del sexo y peso de la persona, se alcanza con 2 latas de cerveza, 2,5 vasos de vino o 2 whiskies.
- Alcoholemia de 0,6 a 0,99 g/L de sangre. Hiperexcitabilidad y agravación de los síntomas anteriores. Se presentan alteraciones de los reflejos, disminución de la visión periférica y de la adaptación al deslumbramiento. Disminución de la capacidad de razonamiento.
- Alcoholemia de 1 a 1,99 g/L de sangre. Pérdida sensorial, pérdida de reflejos, incoordinación motora, aumento del tiempo de reacción, tambaleo, titubeo, dificultades en el habla. Posible intoxicación.
- Alcoholemia de 2 a 2,99 g/L de sangre. La persona entra en un estado de estupor o semiinconsciencia. Desaparecen la comprensión, las sensaciones y la conciencia. Hay gran dificultad para andar. Suele haber amnesia del episodio sufrido.
- Alcoholemia mayor a 3 g/L de sangre. Problemas cardiovasculares y respiratorios, ausencia de reflejos. Gran afectación del sistema nervioso central con posible aparición de coma (pérdida del sentido). Depresión cardiorrespiratoria. Intoxicación grave con riesgo de muerte.
Este tipo de ingesta alcohólica disminuye el metabolismo hepático por lo cual muchos fármacos verán aumentado o prolongado su efecto sobre el organismo, debiéndose vigilar mucho la ingesta de alcohol con determinados medicamentos que poseen cierta toxicidad potencial.
INGESTA CRÓNICA DE ALCOHOL (Alcoholismo)
El alcohol, más allá de la utilización gastronómica, lúdica y social de las bebidas que lo contienen, es una droga dura, cuyo consumo excesivo llega a causar a largo plazo una de las drogodependencias más terribles que se conoce. Las secuelas físicas y psíquicas son también devastadoras, destrozando el organismo (hígado, corazón, riñones,,,) y la mente de la persona (sistema nervioso central)
Cuando se consume en determinadas cantidades y llega a producir adicción, la persona debe entonces recibir ayuda médica y psicológica para dejar la droga.
La ingesta crónica de alcohol causa una lesión hepática progresiva (aumento de las transaminasas), impotencia, atrofia testicular, y ginecomastia. El tejido hepático pierde su estructura (hígado graso), aumentan los triglicéridos, y con el tiempo se produce una degeneración o cirrosis hepática.
Este tipo de ingesta aumenta habitualmente el metabolismo hepático por lo cual una serie de fármacos verán disminuido su efecto, pudiéndose llegar a producir una anulación de su efecto terapéutico.
Tabla de composición de algunas bebidas alcohólicas
ACCIÓN DEL ALCOHOL SOBRE EL ORGANISMO
- Dilatación de los capilares y aumento de la temperatura de la piel.
- Disminución de la tolerancia al esfuerzo (en angor sobre todo).
- Hipertensión, miocardiopatías (en ingesta crónica).
- Aumento de los triglicéridos, hígado graso, toxicidad celular hepática, cirrosis (en ingesta crónica).
- Aumento de la secreción ácida gástrica, irritación.
- Disminución del vaciado gástrico (indigestión).
- Diuresis por inhibición de la hormona antidiurética.
- Impotencia, atrofia testicular, ginecomastia (en ingesta crónica).
El alcohol tiene una rápida absorción en el estómago, intestino delgado y grueso. Se distribuye rapidísimamente por todo el organismo, de tal modo que su nivel en sangre es idéntico a su nivel en el sistema nervioso central SNC. Así pues para el alcohol no hay barrera hematoencefálica que valga, ni tampoco barrera placentaria. Pasa libremente al feto, es teratógeno puede provocar un síndrome alcohólico fetal. Se metaboliza a acetaldehído, causante de los efectos más tóxicos del alcohol. Se elimina a través del hígado principalmente, a través del pulmón (aire espirado) y mínimamente a través del riñón.
INTERACCIONES ENTRE EL ALCOHOL Y LOS MEDICAMENTOS
Tiene interacciones con un montón de fármacos pero hay que destacar aquí por su gravedad el "efecto Antabús", que puede desencadenarse cuando se toman conjuntamente alcohol y alguno de estos fármacos:
- Metronidazol (antibiótico)
- Cefalosporinas (antibiótico)
- Ketoconazol (antifúngico)
- Disulfiram (medicamento específico para la disuadir del consumo de alcohol en tratamientos de deshabituación)